tag:blogger.com,1999:blog-21304801.post117888727089750607..comments2023-05-19T17:07:16.046+02:00Comments on Servidora: Una lechuga en la cabezaservidorahttp://www.blogger.com/profile/00427476866955763528noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-21304801.post-4493831517844402922007-08-17T10:02:00.000+02:002007-08-17T10:02:00.000+02:00Pues iba a decirte lo que ha dicho ya Mars Attacks...Pues iba a decirte lo que ha dicho ya Mars Attacks... A mí me gustan las críticas constructivas y trato de hacer lo mismo con aquellos que me piden opinión (aunque con algún rodeo más que Mars, por lo que veo).<BR/><BR/>No obstante cuesta aceptar una crítica sea esta buena o mala. Siempre te da la sensación de que podrías haber hecho más... Al menos a mí, claro.<BR/><BR/>No te comas la cabeza. Como me suele decir mi almohada el equilibrio (que yo lo debo de asociar según ella a mediocridad) es lo más difícil de conseguir en cualquier faceta vital.<BR/><BR/>Un beso muy fuerte. Cal.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-21304801.post-22268685479875955292007-08-14T17:54:00.000+02:002007-08-14T17:54:00.000+02:00:-)Y hay algo más que estaba pensando hace un rato...:-)<BR/><BR/>Y hay algo más que estaba pensando hace un rato... normalmente la vida de los demás nos parece más simple. Luego mi vida a los demás también les parecerá más simple de lo que me parece a mí. Sería un desperdicio no tener en cuenta (por lo menos) esa visión más simple(*) de nuestros problemas; no sé, es como cuando empiezas a complicar un algoritmo porque has liado el enunciado y cuando lo relee otra persona caes en que el problema era más básico.<BR/><BR/>(*) Hmmm.. ¿más simple o menos emocional? :-) Vamos a dejarlo en empate :-)servidorahttps://www.blogger.com/profile/00427476866955763528noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-21304801.post-51688603580903278682007-08-14T17:35:00.000+02:002007-08-14T17:35:00.000+02:00En el mundo del 3D, la premisa básica a la hora de...En el mundo del 3D, la premisa básica a la hora de enseñar tus trabajos es que buscas el feedback de las personas.<BR/>Allí encuentras a gente de todo tipo: las que se lo tienen muy creído y, si les dices que le ha hecho las manos muy pequeñas, se te tiran al cuello diciéndote que tus trabajos no están a la altura para poder opinar (como si hiciera falta un entrenamiento especial para tener ojos en la cara), hasta las que te agradecen que les hayas dado un codazo en el abdomen, porque así se han fijado mejor en cómo se dobla esa zona.<BR/><BR/>En toda crítica hay dos partes: la que la dice y la que la recibe. Hay formas de dar una crítica: se puede exponer como una opinión o creencia, se puede argumentar como un punto de vista, se puede razonar objetivamente. Puedes decir "no me gusta", o puedes decir "yo las haría más grandes porque en el estilo que usas se suele hacer", o puedes decir "esa proporción es imposible en la naturaleza, agranda las manos para entrar en la media".<BR/><BR/>Como parte del que las da, no suelo andarme con rodeos. Sé que muchas veces eso ha ocasionado una colisión frontal con alguien que esperaba más sutileza. Pero si el comportamiento de alguien me resulta paranoide, no veo por qué perder el tiempo dando rodeos en vez de decir claramente que un comportamiento me parece paranoide.<BR/>Como parte del que los recibe, soy partidario de recibir la máxima información posible. Opiniones, creencias, argumentos, lo que sea. Es difícil que me hagan daño, porque me resulta fácil relativizar pensando: "bien, todo esto es una colecta de pensamientos de otra gente -como quien busca bibliografía-; una vez tenga todos los que puedo tener, los procesaré para intentar hacerme unos buenos apuntes, sacando de cada uno de ellos lo que mejor se adapte a mi forma de pensar y de ser".<BR/><BR/>Una mala crítica, sumada a un excesivo "otrodependentismo" (nota mental: escribir una entrada), puede enviar la salud mental de uno al carajo. Incluso aunque la crítica provenga del interior de uno mismo (¡e incluso diría que, en ese caso, aún es mucho peor!).<BR/><BR/>Decirse cosas como "soy idiota", "cómo puede haber gente tan maja con esas mollas y qué horriblemente mal me sientan a mí" o "si el chico que me gusta no me hace caso es porque algo malo tengo que tener" pueden fusilar (y fusilan) la autoestima (y, por ende, la capacidad para ser feliz) de cualquiera.<BR/><BR/>Hay que quererse más. Eso implica aceptar que no somos perfectos ni lo seremos por mucho que nos apliquemos. Que está bien que queramos ser mejores, pero que no pasa nada si nos fallamos a nosotros, o a los otros. Si fallamos a otras personas (y realmente nos importan esas personas), hay mecanismos para solucionarlo a posteriori. Parte de esa "perfección" debería radicar en dejar de temer al error, y acostumbrarse a convivir con él, y aprender a enmendarlo en lo posible.<BR/><BR/>Para eso (sobre todo, si vives en ese estado de "otrodependentismo") es imprescindible dejar de funcionar en base a lo que uno mismo piensa de sí mismo, y preguntar abiertamente a ese "otro" qué es lo que piensa. Después, baremar si para esa "otra forma de pensar" puedo realizar un cambio en mí de forma que le agrade al otro, o si es inútil porque no hay nada que pueda hacer para contentarlo sin perder mi propia esencia, o si realmente no estaba equivocado con ese otro y su forma de pensar debería dejar de importarme.<BR/><BR/>Parte de la felicidad consiste en saber que jamás vas a poder ser perfecto, no podrás agradar a todo el mundo, y te saldrán muchísimas cosas mal. Y que esto se aplica a todo el mundo, no sólo para nosotros. Parece contradictorio, pero es muy liberador darse cuenta de que no hay motivo para sentir vergüenza o rechazo, porque todos intentamos, en última instancia, hacerlo lo mejor que podemos, según nuestro criterio (erróneo o no). Y si alguien no funciona así, entonces tampoco importa demasiado qué piense ese "otro".Mars Attackshttps://www.blogger.com/profile/09191520865846790113noreply@blogger.com