Sí, ya sé que dije que iba a hablar de mi familia valenciana. Pero me vais a perdonar si abro un paréntesis; llevo unos días sin pasar por aquí porque he estado en Granada. Oficialmente, trabajando. Pero, realmente, estaba con mis amigos.
Igual si empiezo por el principio se me entiende mejor. El caso es que allá por el año 1995 me enteré de que existía un congreso, las JENUI (Jornadas sobre la ENseñanza Universitaria de la Informática), sobre docencia de informática y que se iba a celebrar en Sitges y que el tema estrella de ese año era la realización del Proyecto Final de Carrera. Por aquel entonces yo era responsable de la titulación de informática en mi universidad y faltaba nada para que acabara la primera promoción y... yo no sabía muy bien como se iban a implementar los proyectos; sólo sabía que no me gustaba lo que había sufrido yo en mis carnes ni lo que había visto en la universidad de la que procedía. Así que me fui a Sitges a ver si pillaba ideas.
Ideas, no pillé muchas pero me encontré con mucha gente con la que hablar; lo más importante: me encontré con mucha gente con la que hablar sobre muchos temas que me interesaban y que, en ocasiones, había llegado a pensar que sólo me interesaban a mí. Pero acabaron las JENUI y en los años siguientes no pude volver: se amontonaron una tesis, una hija y una oposición. ¡Ah! y un plan de estudios nuevos y su puesta en marcha.
Lo de mi niña fue un milagro, lo de la tesis también (acabarla, quiero decir... ). Lo de la oposición y preparar el proyecto docente fue, más bien, una comedura de tarro. Empecé a pensar en todo lo que me gustaba y en todo lo que no me gustaba de mi trabajo. Empecé a pensar en cómo se organizan las cosas en la docencia de la informática, en todos los palos de ciego que damos por falta de experiencia, en todos los palos que nos dan por no ser una titulación tan consolidada y con el prestigio social que tienen otras ingenierías... Eso lo volqué en mi proyecto docente y había una parte que quería dar a conocer. Y recordé las JENUI.
Era 2002 y las JENUI se celebraban en Cáceres. En mi vida una paliza de autobús tan grande (de Castellón a Madrid, de Madrid a Cáceres... ida y vuelta en tres días) me supo tan bien. Empecé a conocer a gente con la que tenía la sensación de haber compartido toda una vida: Joe, Joaquín, Ferrán, Julia, Alberto, Juanjo, Pepa, Labra, Rosalía, Edmundo, Cristóbal, Jesús... me reencontré con Miguel, al que conocía del entorno de la tesis, completamente diferente, y fue una sorpresa estupenda. Me sentí como si hubiera encontrado un rincón agradable; estaba a gusto en él y me acogían con gusto en él. Me asocié a AENUI (Asociación de ENseñantes Universitarios de Informática), y empezaron a pasar cosas.
Cosas como que por fin tenía con quien discutir sobre docencia, con quien intercambiar ideas, de quien aprender truquillos y experimentar con cosillas que otros habían probado en sus clases y "le funcionaban"... Cosas como que, por fin, encontraba a profesores preocupados por la docencia... en este entorno de locos que es a veces la docencia universitaria demasiado a menudo se consagran los esfuerzos a la investigación y se da de lado a la que sigo diciendo que es la tarea más reconfortante que conozco y la que me hace sentirme útil: pasar el relevo a los que vienen detrás, intentar ayudarles a organizar su parcela de conocimientos y ver como les medra y me adelantan por la izquierda poniendo la directa... y lo que es más de agradecer, que luego vuelven y me cuentan qué han aprendido.
Desde 2002, sólo he faltado a las jornadas de Cádiz y no fue por gusto. Desde aquellas, no me he perdido ni una. Y en cada nueva edición gano amigos. A aquellos que conocí en Cáceres, se fueron uniendo Ray, Faraón, Rosana, Patricia, Fermín, Pau, María Jesús, Marián, Guti, Albizu, Ricardo, Pedro, Alberto, Josuka, Inés, Javier, Edurne, Antoni, Carlos, Sergio, David, Juan Ramón... Este año conocí a Carmen, a Jordi, al chico vasco de apellidos gallegos (¡jo! qué desastre soy :-))... y a muchos más, claro.
Algo ocurre en las JENUI, debe ser de los pocos congresos a los que vamos con ganas de currar y... es muy posible que curremos, pero yo, por lo menos, vuelvo con la sensación de haber estado tres días con amigos, pasándolo bien. Y es que me lo he pasado bien, claro. Ahora mismo os lo cuento. Pero dejad que el mérito sea para mis amigos de AENUI y de las JENUI y dejadme que publicite un poco el trabajo que hacen (que hacemos). Lo merecen. Y el año que viene toca Barcelona.
Y dejadme tener un último recuerdo para mi amigo Santiago. Ya no volverá a las JENUI, pero no habrá forma de que se vaya de ellas.
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