domingo, 21 de diciembre de 2008

Vacaciones

Es posible que esté una temporada sin pasar por aquí. Pero volveré.






Gracias...


viernes, 19 de diciembre de 2008

44


Cuando era pequeña, la medida de lo lejos que veía la llegada del año 2000 era que, cuando llegara ese año, yo cumpliría 36. Ya ves, el año 2000 estaba casi tan lejos como Arturo... yo con 36 años, qué tontería... Pues he llegado a Arturo y vuelvo de regreso. O mejor, he pasado de largo y sigo hacia la estrella polar, ¿por qué habría de detenerme ahora?

Cuarenta y cuatro años. He buscado mi número de este año en la wikipedia y lo que más ilusión me ha hecho es que sea un número feliz. Os cuento: si eleváis al cuadrado sus dígitos y sumáis las cantidades obtenidas, 42+42=32, y ahora repetís el proceso con el resultado, 32+22=13, y seguís, 12+32=10, y otra vez, 12+02=1... ¡Ya está, podemos parar! hemos llegado al 1 y el 44 es un número feliz. Yo ya me conformaba con que tenga una bonita factorización en primos, que podemos maquillar y reescribir como 22+111... de eso me di cuenta anoche, mientras fregaba los platos de la cena.

Pero hay algo que me hace más ilusión que todo eso. María ha cumplido en octubre 11 años. Se lo hice notar,

-"El año que viene será muy chulo, porque tú tendrás 11 años y yo 44... "
-"¿Y qué?"
-"Pues que voy a ser tú 4 veces... voy a ser tu múltipla... "
-"¿Mi quéeee?"
-"Verás, mujer, si multiplicas 11 y 4 te da 44. Y, al revés, si divides 44 entre 11, da 4 y no sobra. El 11 es un divisor de 44, o el 44 es un múltiplo del 11... "

Puso cara de entenderme y me soltó:
-"¡Ah! Entonces ¿cuándo yo tenga 20 tú tendrás 80?"

Me eché a reír, le expliqué por qué me reía (y por qué quería hablar con su profe de matemáticas) y échamos cuentas de cuántas veces he sido o seré de nuevo su múltipla. Sólo lo había sido antes una vez, en el lapso de tiempo entre su cumpleaños y el mío: cuando cumplió 4, yo aún tenía 36 (sólo duró mes y medio). Y cuando cumpla 33, yo tendré 66. Y nunca más seré su múltipla.

De esto me acordé ayer, al volver a casa. Había un coche aparcado frente al portal con matrícula 2288, creo. Lo que no le he dicho aún a María -espero que lo descubra ella- es que nuestros onces siempre irán de la mano: sus 11 y mis 44, sus 22 y mis 55, sus 33 y mis 66, sus 44 y mis 77... No pude evitar pensar que si ella, o su padre, o yo misma... con que alguno de nosotros hubiera tenido algo más de puntería, estaría echando cuentas con potencias de 2: con el 32, con el 64, con el 128... vale, no me mires así; que soy informática, diantres...

Y gracias por lo que dijiste el otro día. Hacía tiempo que nadie me echaba un piropo tan bonito. Sí, supongo que amo los números. No puedo evitarlo. Sobre todo a los enteros y a PI...

Por cierto, la entrada es una excusa para recordar que es mi cumpleaños y poder agradecer de antemano las felicitaciones :)

Actualización: María me ha regalado un Wall-E y la peli de Wall-E :D ¡¡Yepaaaaaaaaaaaa!! XDDD
Actualización: y una amiga ha tenido este detalle ¡¡gracias!! :D
Actualización: Es que acabo de recordarlo :)

miércoles, 17 de diciembre de 2008

My Sharona

Dice mi calendario que le quedan... 33 días de presi.

Dicen los que le conocen que le gusta My Sharona.
Pues hoy he llegado cantándome encima My Sharona y me he encontrado esto, además. Será el destino...



El gif me lo encontré en Escolar y él se lo encontró en Boing, boing, donde hay más versiones del zapatazo.




lunes, 15 de diciembre de 2008

Las llaves del sótano


Pasaba del baño hacia la cocina, cuando me llamó desde la puerta de su cuarto. No recuerdo de qué quería hablarme. No le estaba haciendo mucho caso porque, nada más acomodarme en el marco de la puerta para hablar, me había perdido mirando a la maleta que estaba a medio hacer sobre su cama. Ya me había fijado, unos días antes, en que la maleta estaba en la esquina, junto a la ventana, en lugar de estar en su sitio habitual, el hueco libre bajo el armario. Intuía lo que significaba y por eso se me iban hacia ella los ojos, como queriendo encontrar signos que corroboraran lo que estaba pensando.

Aunque el gesto seguramente fue demasiado directo y poco disimulado, porque en cuanto se dió cuenta se calló, miró también hacia la maleta y dijo algo así como "... vaya, sí; de eso tenemos que hablar."

Lo esperaba; así que no dije nada, sólo le miré y asentí levemente con la cabeza.

-"Es posible que me vaya en unos días... "- me dijo sonriendo levemente, por cortesía.
-"Estará bien si eso es lo que necesitas, y estará mejor si tú estás mejor así... "- y me resultó extraño darme cuenta, pero lo estaba diciendo en serio. -"¿Será pronto, verdad?"
-"No lo sé"- también me resultó extraño darme cuenta de que respondía completamente en serio -"Puede ser muy rápido, y entonces no sé si me quedaré, o puede ser lento, y entonces no podré adelantarte lo que ocurrirá hasta que ocurra... "

Sabía de qué hablaba. No era la primera vez que le había visto hacer la maleta. Y deshacerla. El trato había sido que podría disponer del cuarto hasta que me hiciera falta a mí, o hasta que encontrara algo mejor, más estable.

Miré hacia el interior del cuarto. No era muy grande, pero era cómodo, o eso me parecía. Había pocos muebles, pero cómodos. La ventana dejaba pasar bastante luz. Y no era muy ruidoso, salvo a la hora de las comidas, en la que subía por el patio todo el ritual de comida recién hecha o elaborándose (huevos batiéndose en un plato, carne chirriando en una sartén, ollas a presión dejando escapar su silbido... ), de gritos llamando a la mesa o recordando que hay que lavarse las manos, distintas radios emitiendo distintos informativos, como compitiendo por mostrar todo el espectro del dial... pero a esa hora no solía haber nadie en casa. Y las cenas, curiosamente, eran mucho más silenciosas. El silencio de un bocadillo, quizá, o de la sopa de fideos de sobre.

Miré el interior del cuarto y lo imaginé vacío. O decorado de otra forma. ¿Ocupado por otra persona? ¿Y si lo dejo libre para poder montar bien mi taller de casas de muñecas?

¿Lo quería vacío? Volví a mirar. Posiblemente lo cerraría una temporada, por detener cierto comportamiento rutinario. Esperaría una temporada, antes de pensar si lo alquilaría a otra persona o si lo dejaría así para usarlo yo.

Realmente, no me hacía falta el dinero del alquiler. Tenía que pensar, sin embargo, si necesitaba no sentirme sola en aquella casa, si era de mi tamaño o si necesitaba compartir las paredes con alguien. Si necesitaba compartir las paredes con alguien, con alguien que sí quisiera tener las llaves del sótano y no necesitara sólo las del portal...

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿Un qué... ?


Por la mañana, camino del cole, mientras descubres que se puede andar dormida... (o durmiendo, que es peor):

-"Mamá, hacemos el tren chu-chu, ¿vale?"
-"Hmmm... "
-"Yo me pongo delante, tú atrás, y vamos chu-chu... "
-"Hmmmmmm... "
-"... y yo tendría un tubo que me sale de la cabeza y... "
-"... entonces serías un snorkel... "
-"¿Un qué... ?"
-"Un snorkel... "






miércoles, 10 de diciembre de 2008

El día de autos de Efe Eme


La revista Efe Eme está de cumpleaños y regala discos para celebrarlo. El de mañana es de lujo, una grabación que recoge rarezas y versiones de Doctor Divago, diez canciones en total (y a mí, personalmente, la selección me encanta). Podéis leer el artículo que dedican al grupo y el comentario sobre el disco en

http://www.efeeme. com/revista/ revista_ficha. aspx?id=3115&ids=2

Y de parte de Manolo Bertrán, compositor, cantante y guitarra de Doctor Divago: "Por favor, descarguen y divulguen. Ustedes tienen una misión. Las gracias se las llevan puestas".




Intolerancia



No parece por consiguiente aceptable que los españoles lleven la intolerancia en "la masa de la sangre". Es una afirmación inexacta que retrotrae la cuestión a un supuesto previo y anterior. ¿Existe realmente esa intolerancia? Yo creo que sí, que existe, pero que es intolerancia de gente que, como hemos visto, no son de suyo intolerantes. En mi opinión, la intolerancia española procede del pesimismo moral de los españoles respecto de los españoles. Lo primero que se dice a una adolescente española cuando sale con amigos o compañeros es "tú no te fíes". Al muchacho que va a estudiar a la capital le aconsejan que "no se fíe de nadie" y en el lenguaje familiar se le dice a veces, a mi juicio con exageración, "tú no te fíes ni de tu padre".

La desconfianza moral es correlativa a una inseguridad casi absoluta. A veces el español se descuida y le quitan la novia, le birlan el empleo o coge una pulmonía, y se dice fue un descuido, que olvidó el sabio consejo de validez permanente de "tú no te fíes ni de tu padre". La fuerza de esta desconfianza moral lleva, inexorablemente, al dogmatismo intolerante. Poco a poco, gracias a esta peculiar educación sentimental, se desconfía de todo aquel que no pertenece a la capilla, que no está en el grupo cerradísimo de personas que por necesidad han de confiar los unos en los otros.


La intolerancia de los españoles, Enrique Tierno Galván.



Cuando ejercías ayer de Pepito Grillo, acabé pensando que buena parte de eso que me echas en cara podría ser debida a mi educación, al tantas veces repetido "¡Cómo puedo tener una hija lista tan tonta!" o al no menos convocado "Si es que se te comerán hasta el hígado de fácil que pones que se aprovechen de ti... ". Y pensé en este artículo de Tierno Galván que publicaron este fin de semana en El País. De él saqué el párrafo, porque puede que ese sea mi problema.

No estoy diciendo que tú seas una persona más confiada. Sólo que tu desconfianza tiene otra forma de manifestarse; posiblemente, una forma más inteligente, aguda y eficaz de manifestarse. Mi desconfianza se parece demasiado a la de una niña que teme que le quiten algo y no encuentra mejor forma de defenderlo que esconderlo en el bolsillo más secreto de su mochila y poner mala cara y gruñir a todo el que mira (y si se le ocurre tocarla, ni te cuento) hacia esa mochila, sepa o no sepa que guarda un secreto, esté o no interesado en quitarme ese algo... Tengo pocos recursos.

Pero es que no me hace falta que me lo digas. Ya lo sé. Y, de hecho, si soy yo la que me lo digo me acusas de autofustigarme. Te lo dije ayer: de nada me sirve el médico que me dice que tengo gripe (seguramente ya lo sabía, cuando fui a la consulta), si no me da un tratamiento eficaz y práctico para quitarme la gripe de encima.

Necesito eso. Una forma de vacunarme. Y, si fuera tarde para la vacuna, una forma de curarme. Algún tipo de pauta que me obligue a parar y pensar. Que no, que he dicho que me obligue. Tus recomendaciones y buenos deseos no me obligan a nada.

Los míos, menos aún, por lo que se ve...

martes, 9 de diciembre de 2008

Si alguna vez me siento derrotado, renuncio a ver el sol cada mañana...


No sé si es la navidad que no cesa o el solsticio de invierno derrocado o que ya se acerca mi cumpleaños, pero a una se le meten últimamente grumos de morriña por las mañanas, garganta abajo, mientras va camino del cole con miniyo.

Y no sé en qué iba perdida hoy, pero me sorprendí canturreando esta canción...





... que ya me vale. Pandilla de progres irredentos, caramba...

Y recordé la vez que más me entró, escarbando hondo acá en lo blando. Hace muchos años, aún existía Superette en Valencia. Y estaba yo escogiendo patatas de una montaña de bolsas de dos kilos... y me quedé parada y llorando porque empezó a sonar por el hilo musical. Claro que tenía 22 años, la cabeza llena de ideas, la mochila vacía de cosas y el estómago lleno de mariposas...

Hoy me he quedado pensando que igual hay más de una Yolanda alegrando este mundo por culpa de esta canción. Pandilla de progres irredentos... qué diantres, a mucha honra.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Feliz Navidad





Confío en que algún día comprenderemos y aprenderemos...

(Visto en menéame)


martes, 2 de diciembre de 2008

Para la hija de Fernando


Admiro a tu padre.

Le veo todo serio en las fotos. No se parece a Indiana Jones, ¿verdad? Ni falta que hace, cariño. Verás, los héroes de verdad, los que yo admiro, no salen en las pelis.

No provocan grandes explosiones, ni conducen como locos, ni se ligan a chicas explosivas, ni llevan látigos, ni disparan pistolas, ni tienen un guionista a mano que les escriba frases ocurrentes para dejar al malo con un palmo de narices...

Los héroes de verdad, madrugan, trabajan, arrugan la frente cuando llegan las facturas... dejan a sus hijos en el cole con la sensación agridulce de que pasan poco tiempo jugando con ellos, pero que qué harían si no estuviera el cole. Y, sobre todo, pelean por sus derechos, por sus ideas, para que no les impongan cosas que se han hecho mal "de siempre", pero "son la costumbre".

Los héroes de verdad, lloran. Sobre todo, cuando ven que utilizan a las personas que más quieren para hacerles daño, para intentar coaccionarles.

Y los héroes de verdad, no hacen ningún ruido, pero obtienen pequeños resultados, poco a poco. Tu padre no ha insultado a nadie. Ha tenido la paciencia de no insultar, de ejercer sus derechos en silencio pero de forma efectiva. El resultado es que tu padre, a mí y a otra gente que le admiramos, nos ha dado una gran alegría. Y el resultado triste es que la gente que supuestamente predica el amor al prójimo y el respeto entre personas, como sabe que no le asiste ni el derecho ni la razón, no han encontrado una salida más triste que insultarle a él y, lo que es peor, insultarte a ti.

Mi hija y yo queremos mandarte un beso muy grande por cada insulto que recibas en el cole. Y, si nos haces el favor, acuérdate de darle un beso grande a tu papá de nuestra parte, cada día, cuando vaya a buscarte al cole ¿lo harás?

Gracias.

Y ya para acabar. Hace tiempo leí esta frase: La verdadera libertad no consiste en poder decir lo que se piensa, sino en poder pensar lo que se dice. Es de Antonio Machado, un poeta que tuvo que irse de España por las cosas que pensaba. Dile a tu papá que cuando supe lo que había pasado, me acordé de esta frase... él piensa antes de decir. Los que os insultan, dicen sin pensar. Igual bastante desgracia tienen con eso y hay que compadecerlos.

El padre que logró la retirada de los crucifijos de las aulas en el colegio público Macías Picavea, de Valladolid,
denuncia que su hija está siendo víctima de acoso en el centro.

Solidaridad con Fernando Pastor (Por el laicismo en la escuela)