domingo, 5 de abril de 2009

Melenas


Melenas. No está mal comenzar aprendiendo algo de jerga y, además, las melenas fueron las reinas absolutas durante buena parte del juego.

Otra vez ingresada y otra vez ingresé por el mismo motivo: sangre en heces, melenas. Y parece que haya una pauta para estos ingresos, siguiendo siempre un mismo modelo; lo malo es que esta vez las etapas fueron más largas y algo más fuertes. Llevo tres semanas ingresada -desde la noche del 15 de marzo- y es posible que mañana pueda irme a casa. Bueno, ya veremos, no quiero lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo.

Han sido unos días raros y difíciles. Los dos primeros días estaba muy enfadada. No había plaza en Oncología y me ingresaron en otra sala; la primera noche me hicieron una transfusión de sangre y quedé en espera de ver a algún médico. Al día siguiente, sí que apareció un médico, pero no me dio ninguna información; hasta tal punto que ese día me enteré de que no podía comer porque nadie apareció con la comida (sí me habían dado el desayuno) y a eso de las tres de la tarde mi madre preguntó en el control de enfermería qué pasaba. Me dolían las piernas y apenas me hacían caso. La verdad, la rabia me estaba haciendo más daño que cualquier otra cosa que pudiera estar pasando por mi cuerpo. Al día siguiente, por la mañana me hicieron una endoscopia (otra bonita experiencia que contar a los nietos, aunque más soportable que la sonda) y de nuevo, silencio. Bueno no, una doctora se presentó como hematóloga y me dijo que estaban valorando mi situación. No lo sé. Sólo sé que hasta que no me visitó -sin obligación, por cortesía- la médico que hace mi seguimiento domiciliario, no empecé a ver piezas del puzzle. Fue ella quien me dijo que la endoscopia no mostraba sangrado de estómago y me aclaró un poco el panorama; y me rogó que me calmara un poco porque yo seguía muy enfadada. Más tarde se presentó uno de los médicos de la sala de Oncología y aclaramos algo más; también quedó en que intentaríamos empezar dieta líquida y que en cuanto hubiera plaza me trasladaban de sala.

Así fue. Esa tarde me llevaron para Oncología. Y, la verdad, las sensaciones empezaron a ser muy distintas, me sentía en territorio amigo. La lástima es que, realmente, estaba mal. Y el intento de comenzar la dieta líquida fue un auténtico fiasco: me sentó fatal. Empezaron ahí tres días bastantes malos. Los días del mantra. Los días en que llegué a pensar que iba a morirme. Los recuerdo mal, como una sucesión de médicos contándome, por fin, qué pasaba (el dilema entre tratarme los trombos con anticoagulantes y la necesidad de suspender ese tratamiento por las hemorragias) y qué iban a hacer (interrumpir anticoagulantes y reposo completo); como una sucesión de transfusiones; como la sucesión del mantra una y otra vez... Lo peor llegó el jueves, a eso de las ocho de la tarde, cuando empecé a notar que se me descargaban las baterías y que me estaba yendo, me estaba yendo. Apenas tenía fuerza para hacer notar lo mal que me encontraba. Mi madre también debió notarlo porque no quiso ir a casa esa noche. Le pedí que me contara cosas de cuando yo era pequeña y me sorprendió con los recuerdos que le vinieron a la cabeza. Una transfusión consiguió que unas horas más tarde estuviera bastante recuperada, pero la experiencia de esa noche va a ser difícil de digerir (aún no lo he hecho completamente) y de olvidar.

El día siguiente fue el inicio de la recuperación; otra endoscopia y un ataque tonto de ansiedad, pensando en que se me estaba hinchando el brazo y que tenía otra trombosis en marcha. Me da hasta vergüenza pensar lo tonta que estuve. Afortunadamente, fueron expeditivos: me dieron un valium y me pusieron a dormir. Me desperté nueva, en más de un sentido. El fin de semana lo pasé tranquilo. Sin comer, pero tranquilo. Y con buenas sensaciones. Había concluido la primera semana.

Me encontraba tan bien que estaba convencida de que el lunes me pasarían de esa "dieta absoluta" (eufemismo para referirse a no poder ni beber agua) a la "dieta líquida". Pues no, y supongo que ahí fue cuando ya tuve un último momentito de rabia que duró poco. Preferí ser algo más ¿práctica?, no sé, igual va mejor "estoica", aunque creo que tampoco es la palabra que estoy buscando. Decidí que es mejor no adelantar acontecimientos y esperar, simplemente, a que las cosas ocurran. Por cierto, que ese día quedaron agotadas, definitivamente, las venas de mis brazos para buscarme dónde enganchar la vía del gotero. Así que primero me pusieron una aparatosa vía central y en la actualidad llevó un reservorio: tengo mi propio expendedor de sangre/receptor de goteros en el pecho; tan fácil como pinchar un alfiler en un acerico.

E iba pasando la semana. Y seguíamos con melenas y eso es que había hemorragia y que estábamos igual. Paciencia. Tenía que parar. Y sí, todo llega en esta vida y un día las heces ya aparecían negras y sin ser melenas. Y... tanto que renegué hace poco de la "dieta líquida" y el jueves me dejaban iniciarla por fin, después de haber pasado diez días en "dieta absoluta". Supongo que todo en esta vida es bastante relativo, depende de qué es lo que estás comparando con qué. Esta vez fueron cuatro días: lo que restaba de semana.

Y empezó la tercera semana. Los análisis, muy bien; las hemorragias habían parado y hay transición de líquida a dieta normal. Y, en cuanto se normaliza la dieta y me dan permiso para poder moverme, aparece la fiebre. Como la otra vez, en cuanto se empezaba a normalizar todo, un bisho viene a meter las narices. Bueno, pues en esto estamos ahora. Esta vez lo han identificado pronto y ya estoy con el tratamiento; la verdad es que he tenido fiebre sólo un par de días y me encuentro bastante bien. Pero el tratamiento completo es de una semana más. La idea es irme a casa y completarlo allí y entonces llegará el momento de volver a ingresar para el tercer ciclo de quimioterapia, que se ha retrasado.

Así pues, es posible que mañana me vaya a casa. Pero, hasta mañana, ¡no me creo nada! ;-) :-)


10 comentarios:

Señor R dijo...

ASí que melenas (y yo con estos pelos, lo sé lo sé es un chiste fácil fácil :) )

Me sigue admirando tu capacidad para registrar con tanto detalle todo lo ocurrido (o al menos lo mas importante) y hacer con ello una entrada en tu blog. Eres la mejor :)

A lo bishos dales duro y a los médicos mira a ver si hay alguno que merezca la pena y pillatelo :)

Abrazos

Stigma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Stigma dijo...

El otro dia vi un reportaje no me acuerdo de lo que era exactamente, asi soy, pero recuerdo que una parte de el se centró en gente que había superado cosas como las que estas pasando. No se, viendo a esa gente no pude más que pensar que ibas a salir en pantalla en esos momentos para decir mas o menos lo mismo que dijeron. Así sea, que tu puedes ;)

JB

PD:: El comentario suprimido es mio, que no habia firmao "formalmente" :)

Manolo Bertrán dijo...

Hola, Glo

El próximo post desde casita y luego a culminar ese ciclo pendiente.

Abrazos desde la lista divago.

Un beso

Guti dijo...

El post anterior, el del mantra, me dejó intranquilo. Sin saber los detalles, sabía todo lo que has contado en este. Qué talento tienes, cabronaza :-)

Pues nada, a seguir con los ciclos esos. Un beso.

elemento dijo...

Ok Glo. ¿qué tal todo hoy? ¿Estamos en casa o no? ¿A dieta total o líquida?

Un beso muy fuerte.

A mandar!

;-)

Orchata dijo...

¡Otra batalla ganada!¿Pero al final te han mandado a casa porque estás bien o porque han acabado hasta el gorro de tí? xDDD No, pero comprendo perfectamente la impotencia que se siente ante tanta desinformación, porque al final no sabes si se han olvidado de tí o qué. Si te consuela, has hecho bien en cabrearte y exigir atención. Yo quise confiar en que no se habían olvidado de mí y sí lo habían hecho, lo que me ha supuesto algún problemilla en la recuperación. Ya te cuento algún día.

Aun noto cosas en las piernas por lo de la vía central esa. Si hay algo que no podría ser en esta vida es médico.

Unknown dijo...

Ánimo Glo, espero que ya te hayas recuperado, tienes que coger fuerzas para lidiar con el ciclo que te queda pendiente.

Dentro de unos años cuando lo veas desde fuera los problemas cuotidianos te pareceran gilipolleces, para entonces ya te imagino siendo una superwoman.

Besos, que tú puedes con todo ;-)

Emilio dijo...

Venga, levanta esos ánimos que lo estás llevando de puta madre. Si sigues así te seguirás recuperando, ya lo verás.

Un abrazo.

Eva Millan dijo...

Gloria, cuánto lamento no haber tenido la oportunidad de conocerte mejor. Sólo pudimos hablar unos minutos, eso sí, en una preciosa noche de verano y en unos maravillosos jardines con vistas a la Alhambra. Te prometo que haré lo que me pediste.
Un abrazo y hasta siempre