Perdón por un título tan dramático. A ver si en dos o tres párrafos consigo hacer entender por qué tengo que ponerlo. Vamos allá, que esto va de intentar aclararme con las cosas que he aprendido. O, mejor, de intentar aclararme con las cosas que creo que tengo que aprender.
Creo que pega un principio clásico. Contar un poco la batalla y situar al lector en el contexto. Veamos, fue hace un mes, sí. A eso de mediados de diciembre empecé a tener mareos y unos dolores de cabeza bastante curiosos. Ni siquiera sabía cómo describirlos hasta que una amiga me pilló el gesto de dolor y me preguntó si tenía resaca. No tenía resaca, era imposible (hacía como 5 meses que no probaba el alcohol y menos en las cantidades necesarias para producir resaca) pero era el mismo dolor de una resaca, multiplicada en mil en intensidad pero, afortunadamente, de una duración muy pequeña. Tenía la tensión muy baja y todo auguraba que necesitaba ya parar de trabajar y dedicarme a descansar y recuperarme. Ir con mi mami, que me cuidara y que me mimara. Y yo, a dejarme hacer.
Eso era el doce o trece de diciembre. Aguanté mecha hasta el veintidós, que salíamos miniyo y una servidora hacia Galicia. Viajecito de compadreo que ya os contaré otro día (especialmente, la paradita en Madrid para tomar algo con Darth Vader) con la aventura de irnos en coche cama y dormir en el tren. Sé de una que no podía esperar a que llegara la noche para ver esa camita dentro de un vagón. Y a fe que la vimos y que la dormimos :-)
Llegué a mi pueblo y seguía pocha. No era capaz de aguantar mucho más de una hora sin tumbarme de nuevo. Me costaba horrores levantarme de cama, tenía que concentrar todos mis esfuerzos en rellenar la cafetera para hacerme el desayuno, apenas conseguía mantenerme sentada el tiempo de desayunar y me volvía a tumbar. A la hora de comer, lo mismo. Apenas comía por no levantarme. Maxiyo y miniyo (¡¡ays, qué peligro que tienen juntas!!) conspiraban a mi alrededor para ver si conseguían picarme. Mi madre no hacía más que decirme que fuera al médico... yo me resistía porque sabía que el médico querría hacer lo mismo que el mío de Castellón había decidido dejar para enero: pruebas para ver qué diantres pasaba. Y, sin esas pruebas, ¿qué podría hacer?
En fin, el día veintinueve lo tuve claro. Un dolor más intenso que el habitual, y una sensación de desmayo mayor aún, me asustó hasta a mí. Drogas. Un médico podía darme drogas y hacer que no me doliera tanto la cabeza. El paracetamol no me ayudaba apenas. Hice de tripas corazón y me fui hasta el ambulatorio. Lejos, muy lejos. Frío, mucho frío. Menos mal que me llevó en coche un vecino :-) Del ambulatorio me mandaron a la residencia de la seguridad social; el hospital general en mi pueblo, para entendernos. Llegué a urgencias a las ocho de la tarde y a eso de las tres y media de la mañana conseguía ocupar un box y empezaron las pruebas: coordinación, análisis de sangre, electrocardiograma, placa de neumo-tórax... pero ni una droga, oiga, que iba yo con mi cabeza derretida por el pasillo y aquello dolía cada vez más... Un ratito más de observación y a las siete de la mañana pude volver a casa. No volví a salir en todas las vacaciones. Por lo que pudiera pasar. Ah, y en la mano, un sobre con los resultados, recomendando cita preferente con el neurólogo.
Mi chiqui y yo nos volvimos el día uno. Fue curioso. Iba con una maleta grande como el mundo en una mano, mi niña en la otra y haciendo eses por Atocha. Los trabajadores de Renfe de Atención al Viajero se ganaron su sueldo de treinta años esa mañana, sólo atendiéndome a mí :-) Y mi niña, también, qué valiente es la tía, me encanta :-) "María, ¿y si me caigo redonda, qué?" Y va, toda seria, y señala a un técnico de vías con chaleco verde fosfi y me dice "¡Aviso a ese!". Fue cuando decidí enseñarle a los chicos del chaleco moradoRenfeCorporativo fosfi :-) que tan bien nos cuidaron. Se lo aprendió y empezó a distinguirlos enseguida :-D
[Nota: me he pasado un buen ratillo buscando información sobre ese servicio para enlazarla; les debo la vida y se portaron de una forma asombrosa conmigo... ¿por qué no se promocionan un poco, diantres? Buscadlos en las estaciones, se lo curran y son muy majos :-) ... mejor que los hombres de Balay :-)]
Va, que ya me he pasado de dos o tres párrafos. Y aún no he llegado a Castellón... o sí, venga, ya hemos llegado a Castellón. Y me voy al médico a enseñarle mis pruebas de Ferrol y me manda a urgencias a ver si... En fin, vuelta a urgencias. Esta vez con miniyo, no con maxiyo. Las enfermeras pueden agradecerlo... ;-) es más compasiva con ellas :-)
Más pruebas de coordinación. Más preguntas sobre mis dolores y, de pronto, una sensación de pánico, de estar pasando un examen. De notar que me hacen preguntas que no puedo contestar sobre mí misma. Qué curioso. ¿Será ese el motivo de mi manía a ir al médico? ¿Tener que reconocer que hay cosas mías en las que apenas me fijo? Había preguntas que sabría contestar sobre mi hija, sobre amigos, sobre conocidos... pero me preguntaban sobre mi dolor, sobre su duración, desde cuándo estaba, cómo se manifestaba y dudaba... ¿es posible ignorarse tanto? Fue un motivo curioso de reflexión para el resto de la tarde... ¿tantos años de evolución para aprender a no querernos así? En estos momentos, más que preocupada por mi salud física, me encuentro cotilleándome a mí misma; que te pregunten los médicos algo y que te sorprendas sin respuesta para ello, sin saber cosas sobre mí... buf, me hizo bastante pupa. Curioso. O triste. O no sé, pero hay que trabajar en ello.
A eso de las seis de la tarde vinieron a confirmarme que me ingresaban. En un TAC craneal habían visto una "nubecilla" y me quedaba a la espera de una resonancia para contrastar mejor e intentar ver qué era. Anotad: he escrito mi primer "illa". Siguen más :-D
A María le encantó, eso sí. Su madre con una nubecilla en la cabeza, en el frontal derecho, en lugar de en el parietal izquierdo :-) Yo insistía en que me habían pillado algún teorema de Gödel galopando y cortando el viento pasando por el puerto por el medio del cábolo caminito de Jérez, pero no hubo caso. Y me ingresaron.
Más pruebas. Más TACs.
Me dan los papeles de la baja médica. Motivo de la baja: "L.O.E. cerebral". Ah. Que no, diantres que va en serio ¿motivo de la baja? (oye, que luego te toca explicarlo en la cola de los congelados del mercado y ¿qué haces?). Pues eso, "L.O.E. cerebral". ¿Me lo cuenta bien, porfi porfi plis? Googlead, googlead: Ley Orgánica de Educación, Ley de Ordenación de Edificación, Libro de Oportunidades de Estudio, y... todas estas más :-)
Falta la buena: lesión ocupando espacio. Ya ha salido la segunda "illa". Porque resulta que en los otros TACs no salieron "nubecillas", salieron dos o tres "lesioncillas" que había que estudiar con nuevas pruebas.
En fin, ¿sigo con el "illa" o les empiezo a llamar tumores? Pues eso, marchando una de festival del tumor. Porque a todo esto, me preguntan por bultos en el pecho, antecedentes familiares o asín y, claro, no me acordaba... pero a media mañana recordé un mioma detectado este verano en una revisión ginecológica... y en que mi tía se murió de cáncer de colón... Y, por lo visto, tengo unos ganglios linfáticos cantidad de sugerentes por el cuello. Menos mal que esa me la sabía cuando me preguntaron que desde cuando los tenía así de hermosos... como que me los conozco desde pequeñita, que me faltó poco para ponerle nombre a alguno :-) En fin, empezaba a juntar "nubecillas", con "lesioncillas", con miomas, ganglios y más piezas del rompecabezas :-)
Por eso he escrito "metástasis" al principio. Esta mañana me han dicho que los resultados de la biopsia de ayer no me los dan hasta el martes que viene y que me podía ir a casa hasta ese día a condición de volver con la maleta preparada por si las moscas el día 20. Y en el informe provisional he visto escrito lo de "L.O.E. pulmonar L.O.E. cerebral (metástasis)" y después de tanta palabrita necia acabada en illa, casi he pegado un salto de alegría. Como si despreciar al idioma y a los nombres de las cosas sirviera que las cosas sean más o menos letales por llamarles "piltrafilla" que tumor. O llamamos tumor a los tumores, cáncer al cáncer, gripe a la gripe y gilipollez a las tonterías, o nos volveremos aún más estúpidos de lo que ya lo estamos consiguiendo. El problema no son las palabras, el problema es que nos den miedo las cosas que vemos detrás de las palabras... antes siquiera de que nos confirmen si están o no están.
En resumen, que igual tengo una bonita colección de tumores. O igual no. Eso sí, que me voy a morir en cualquier caso. Pero no sé si será de esta o de otra o de otra más allá. Mientras tanto, un consejo: si os amenazan con una resonancia, corred. Qué cosa más aburrida, peñazo, pesada... buf :-) Todas para House ;-)
Ah, y que estoy animada, de verdad. Me vais a perdonar, sigo sin dejar comentar, pero es que no me apetece mucho. Creo que será la última en la que ocurra eso :-)
Nota mental: aprender a cotillearme, aprender qué necesito, aprender a vigilarme...
Nota mental 2: Sí, uno de los "L.O.E."s es pulmonar... adivina por qué :-/
Nota mental 3: Metástasis es esdrújula. Me encantan las palabras esdrújulas :-)