Ya no tengo fiebre, así que no está claro que excusa voy a poner. Bueno, la verdad, no creo necesitar excusa. Simplemente es que hay cosas que me he propuesto no decir en tu casa, así que las voy a decir en la mía.
¿La fiebre? Nada, una gripe tonta; va a tener razón mi madre y hay que tener cuidado con el sol de otoño. Y el jueves me pegué una buena insolación. Me pasé casi una hora en el ágora y el sol pegaba que daba gusto. Sí, ya sé que me vas a decir que a mis años tengo que ir con más cuidado pero ¡serás puñetero! si alguien tiene la culpa eres tú. Bueno, y esa pastelera costumbre de los aniversarios que, de verdad, parecemos idiotas con tanto fijarnos en el calendario.
No sé, creo que todo empezó el lunes. Es que Merche se ha hecho socia y le pregunté si ya tenía la cuenta y eso. Y me dijo que no y que no sabía quién se la iba a apañar. Claro, yo me quedé calladita, pero me acordé de que yo tuve un mail de bienvenida de lujo en su día y de que tuviste el detalle de explicármelo todo en Pascal, para que me aclarara bien ¡cómo para perderse! Así que ya me quedé medio chunguilla...
Y luego el miércoles se juntó tanta peña que, claro, el jueves se me cayó el despacho encima. Hubo un momento en el que salí huyendo a ver si encontraba a alguien pero, nada, ni san pito pato. Bueno, sí, pero no era cuestión de vomitarles encima todo el potaje a ellos. Ya me entiendes. Así que allí me quedé en el ágora intentando que el sol me calentara un poquito porque me sentía de hojalata. Menos mal que por la tarde acudió en mi ayuda el general Custer, sin séptimo de caballería, y sin tener que contarle nada ¡cómo si yo tuviera algo que contarle a él! Nada, que es un cielo y luego se queja de que le haga proposiciones honestas...
Y supongo que entre el solete de mediodía y la que cayó por la tarde se crió mi gripe. Con los ánimos en pleno caldo de cultivo, además.
He pensado mucho este año en todo lo que ni sabía, ni intuía, ni supe ver, y me he asustado de lo fácil que es ignorar. Tampoco sé qué hubiera pasado de haber sabido algo... seguramente hubiera movido el culo cada vez que me decías que ibas a almorzar a la UJI, disparada hacia la cantina. O no. Igual me hubiera agobiado más y no te habría soltado la animaladas que te soltaba a cambio de tanto mail zalamero.
Supongo que en eso también tengo que darte las gracias. Aunque tu efecto en mí, al final, fuera como el del sol de otoño. Es curioso, ahora que lo pienso creo que es la segunda vez que te llamo eso. Y las dos veces llorando, aunque eso en tu casa no lo diga.
¿La fiebre? Nada, una gripe tonta; va a tener razón mi madre y hay que tener cuidado con el sol de otoño. Y el jueves me pegué una buena insolación. Me pasé casi una hora en el ágora y el sol pegaba que daba gusto. Sí, ya sé que me vas a decir que a mis años tengo que ir con más cuidado pero ¡serás puñetero! si alguien tiene la culpa eres tú. Bueno, y esa pastelera costumbre de los aniversarios que, de verdad, parecemos idiotas con tanto fijarnos en el calendario.
No sé, creo que todo empezó el lunes. Es que Merche se ha hecho socia y le pregunté si ya tenía la cuenta y eso. Y me dijo que no y que no sabía quién se la iba a apañar. Claro, yo me quedé calladita, pero me acordé de que yo tuve un mail de bienvenida de lujo en su día y de que tuviste el detalle de explicármelo todo en Pascal, para que me aclarara bien ¡cómo para perderse! Así que ya me quedé medio chunguilla...
Y luego el miércoles se juntó tanta peña que, claro, el jueves se me cayó el despacho encima. Hubo un momento en el que salí huyendo a ver si encontraba a alguien pero, nada, ni san pito pato. Bueno, sí, pero no era cuestión de vomitarles encima todo el potaje a ellos. Ya me entiendes. Así que allí me quedé en el ágora intentando que el sol me calentara un poquito porque me sentía de hojalata. Menos mal que por la tarde acudió en mi ayuda el general Custer, sin séptimo de caballería, y sin tener que contarle nada ¡cómo si yo tuviera algo que contarle a él! Nada, que es un cielo y luego se queja de que le haga proposiciones honestas...
Y supongo que entre el solete de mediodía y la que cayó por la tarde se crió mi gripe. Con los ánimos en pleno caldo de cultivo, además.
He pensado mucho este año en todo lo que ni sabía, ni intuía, ni supe ver, y me he asustado de lo fácil que es ignorar. Tampoco sé qué hubiera pasado de haber sabido algo... seguramente hubiera movido el culo cada vez que me decías que ibas a almorzar a la UJI, disparada hacia la cantina. O no. Igual me hubiera agobiado más y no te habría soltado la animaladas que te soltaba a cambio de tanto mail zalamero.
Supongo que en eso también tengo que darte las gracias. Aunque tu efecto en mí, al final, fuera como el del sol de otoño. Es curioso, ahora que lo pienso creo que es la segunda vez que te llamo eso. Y las dos veces llorando, aunque eso en tu casa no lo diga.
9 comentarios:
Cuídate el resfriado, coraçao. Eso es que te ha enviado un virus informático, jeje.
En muchos momentos todos estamos algo tristes, pero cuando estes decaida intenta pensar que somos muchas las personas que te queremos.
Cuidate el resfriado, y alegra esa cara que eres una persona muy alegre y que nos enseña muchas cosas a los demás.
Todos tenemos mucho que agradecerte.
Mi abuela decía siempre que en este época del año son muy comunes los resfriados ... Que te mejores Glo.
Saludines!
Ánimo glo. Pásame los virus si quieres :D
He buscado en mi lista de canciones por "glo", para ver qué salía y hacerte un regalito. Por muchas y muy variadas razones, la seleccionada ha sido "Gambling Glottis", del genial juego "Grim Fandango" (un juego de detectives al más puro estilo "novela negra", sólo que en el inframundo). El detalle de la trompeta, del tema "bluesero" y de que todos en el juego fumen y estén muertos (¿cuántas veces te he dicho que me encantas?) han sido las principales :)
Te la emilieo seguidísimamente ;)
Lleva Ud. varios post chunga, y quisiera verla más animada. Sepa que la hichada está con Ud.
Ya ves, Glo... no vale con dormir con el culo al aire hoy en día.
Ja!
[†] Rockera Mutante [†]
Creo que es Bebe la que tiene una canción que se llama "P'afuera telarañas".
No os agobiéis por lo que escriba. Cuando escribo cosas, las aireo y si las aireo, no las enquisto. Y no se pudren.
Igual es un poco exhibicionista como terapia, pero funciona. Anyway, gracias. El gripazo mejor y los ánimos, también :-)
pues si q te cogió bien el solecito del ágora :) me alegro q ya no tengas fiebre. saluwikis glob ;-)
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