viernes, 3 de noviembre de 2006

Mutismo Virtual



Podría escribir los versos más estúpidos esta noche. No los escribiré porque no sé escribir versos, no porque me quepa la menor duda de que serían estúpidos. No sé dónde se me ha caído la brújula, o cuando se me ha roto. Pero sé que tengo la misma sensación que el vagabundo del desierto que se desespera al reencontrarse con sus propias huellas y comprender que está caminando en círculo.

Y a esta alturas, el círculo está resultando ser un círculo vicioso. Cuando parecía que había encontrado la salida correcta de la rotonda, descubro que lo único que he hecho ha sido tomar otro falso ramal y que vuelvo al mismo sitio. Me he cansado más, pero sin avanzar.

Todos y cada uno de esos pasos los di al tomar una decisión. Es bastante lamentable descubrir esa secuencia como una serie encadenada de errores. Y más lamentable aún ir hacia atrás, intentando buscar el origen de esa cadena. Es casi adictivo; examino todas y cada una de mis decisiones (en su día, de lo más lógicas, o, lo que es peor, tan inofensivas...), escrutándolas con una lupa y escandalizándome ante lo inocente que pude ser o el poco conocimiento que tenía, de mí, de él, de ellos, de los demás. Dependiendo del momento me puedo llegar a arrepentir hasta del color de los zapatos que elegí un día determinado, aunque los eligiera porque me sentía feliz y quería hacer una travesura. De la travesura, mejor ni hablar. Tal vez fuera la que provocó el efecto mariposa que se ha transmitido hasta el día de hoy para conseguir que me sienta tan estúpida, tan fea y tan vieja.

Estoy perdida dando vueltas, sin norte, sintiéndome absolutamente estúpida. Pero todo el mundo juraría que soy una persona equilibrada, sana y con una visión equitativa del universo. Que no tengo problemas y he cogido mi vida por los cuernos. Y eso me acaba de convencer: todo es estupidez a mi alrededor; nunca podré escapar y nunca tendré valor para dejar de dar vueltas, salir del círculo y gritar.

Porque en noches como esta siento que la estupidez puede tocarse, que tiene vida propia y que me está enredando en ella.


Y, como todas las noches, leyó la entrada, corrigió los errores que encontró, cambió un par de palabras, acortó una frase. Luego, sin guardarla, cerró la ventana del navegador y apagó el ordenador.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

...y sin embargo, todo parece volverse descaradamente prosaico cuando menos te lo esperas, entonces, aún te sientes más estúpido.

servidora dijo...

Mira que eres canalla.. si no tuviera un blog no sabría nada de ti.

Estás a tiempo de enmendarte :-)
Ya sabes, con una postal ;-) o así :-)

Mars Attacks dijo...

¿Y a ti qué tripa se te ha roto?

servidora dijo...

¿A mí? Nada, será a la sosa esa que no publica sus entradas... con la manía que yo le tengo a Neruda...