martes, 15 de julio de 2008

Depilando a Ansel Adams


Estaba depilándose sentada en el suelo de la cocina. No había encontrado un sitio mejor, a esta hora de la mañana en la que el sol convertía el patio en un horno y parecía más recomendable permanecer de este lado de la puerta. Total, igual quedarían cuatro pelos indiscretos en el sitio más visible... Bueno, sabiendo que el hotel del congreso disponía de piscina, merecía la pena estar allí, flexionándose en mil posturas increíbles, mientras se depilaba. Al fin y al cabo, era una forma de mimarse.

Mientras tarareaba alguna melodía imposible, al ritmo del runrún del motorcillo de aquel pequeño aparato, empezó a pensar, de nuevo, en su situación. Hacía menos de una semana que había vuelto a su casa. Si es que era su casa. Llevaba fuera un año. O tal vez más. Dios santo, otra vez iba a empezar con sus talveces. Hechos, necesitaba hechos. Necesitaba blancos y negros, no necesitaba... ¿cómo era la frase que había utilizado ayer Sofía? "las maneras de exponer el negativo y el positivo para obtener el máximo de niveles de gris que hay en la vida real". ¡Qué bonita frase! Pero, por algún motivo, le aturdía. Había escuchado en algún documental que los niños tenían una época en la que todo era blanco o todo era negro. Todo estaba bien o todo estaba mal. Que era en la adolescencia cuando comenzaban a entender que ciertas cosas que podían estar mal, eran justificables y que ciertas cosas que podían estar bien, no eran deseables. Empezaban a distinguir matices de gris.

¿Cuál es el máximo de niveles de gris que hay en la vida real? ¿Había hecho bien al irse de aquella casa, al dejar a su marido? ¿O hubiera debido seguir aguantando esa situación incómoda, esperando un milagro? ¿Entendería alguien de verdad sus motivos, el que hubiera dejado allí a su niña? Ella misma tenía respuestas contradictorias según el día. Y, seguramente, cada una era un matiz de gris. Como sus piernas, casi depiladas, pero siempre con algún pelillo rebelde asomando en el sitio más inoportuno. ¿No habría forma de conseguir un depilado perfecto? ¿No habría forma de conseguir estar segura sobre qué hacer? ¿Existía el blanco y el negro, o debía conformarse con los grises? Tal vez es que no exista el depilado perfecto... tal vez es que no existe el blanco y el negro más allá de la niñez...

Pero estaba de vuelta en su casa. Estaba allí, en el suelo de su cocina, aplicándose con su pierna izquierda. Después le tocaría a la derecha. O no. Al fin y al cabo, una de sus novelas favoritas empezaba con un mujer medio depilada. Una mujer de cuarenta y tres años con una pierna depilada y una pierna sin depilar que empieza a descubrirse. Curiosa asociación de ideas: piernas a medio depilar, matices de gris en la vida real.

No. Gris, no. Ni blanco. Ni negro.

Se había ganado la luz naranja y el cielo azul. Y descubrir sus piernas, más allá de sus pelos.

7 comentarios:

servidora dijo...

Y este lo escribí hace una semana. Un amigo me comentó algo sobre un concurso de relatos sobre depilación. Me hizo gracia.

Como a los dos días, Sofía me "desasnó" sobre ciertos aspectos de iluminación en la televisión y en la conversación usó una frase preciosa. Le pedí permiso para usarla en un relato :-)

servidora dijo...

Bueno, por si a alguien el interesa, el concurso está aquí.

Yo es que creo que mi relato ni es sorprendente, ni es divertido, ni es técnico... es que me salió así XDDD

Mars Attacks dijo...

Pues a mí me ha gustado.

Anónimo dijo...

Aguanta, que cuando el nivel del mar llegue al desierto de las palmas ya no tendras que elegir entre playa o montaña, ¡podras poner una pierna en cada cosa!

servidora dijo...

No, si yo no digo que no me guste: pero ni sorprende, ni es de reírse ni relata las maravillas técnicas de la depilación láser :-)

Bonzo, reina... ¿te he enseñado mi colección de fósiles marinos de Vistabella? :-) No, si cuando digo que todo vuelve: los zapatos de plataforma, los pantalones pata elefante, los pantalones pitillo... el mar a la montaña de Castellón... ¡¡mientras no vuelvan las hombreras!! ;-)

Anónimo dijo...

¡Ni las hombreras ni el anterior método de evaluación de procesadores! xDDDD Por cierto mari, que me ha caido. GÑ. Pero era mi primera vez, las primeras veces casi nunca salen bien.¡No os librareis de mí jamás, jamás! Ja-je-ji-jo-ju...

Y ya que nos ponemos con las hombreras, si quieres más nostalgia...
http://chensoy.wordpress.com/2008/07/13/lo-que-jamas-verias-hoy-en-television/

Anónimo dijo...

por mi parte, va siendo hora de cumplir con otro tipo de depilación, el afeitado, y así pasar del negro al blanco

saludos