Ayer hice algo que tenía ganas de hacer desde pequeña; ha tenido que llegar mi hija y picarme para que me atreviera. Y ha sido grandioso.
Me he subido a unos patines. Buf, es tremendo, qué sensación de inseguridad y qué susto ver al instructor diciendo "Ahora, tienes que levantarte..." y tú ahí, con una pierna con la rodilla en el suelo y con la otra apoyando el pie (¿apoyando? ¡¡si hay ruedas debajo!!), preguntándote cómo lo haces... y el profe que te tiende una mano, te cuenta el truco de plegar las rodillas, llevar las manos a ellas y mantener tu cuerpo hacia delante. Y, de repente, ¡¡zas!!, estás ahí, encima de tus patines y una sonrisa así de grande en la cara y te atreves a dar los primeros pasitos... Qué sensación de volver a aprender a andar; antes de acabar la primera vuelta me había caído de culo ("¡¡No, mal!! Hay que caer hacia delante...") y me estaba partiendo en el suelo porque recordé los primeros pasos de María. Aunque ella llevaba el dodotis y supongo que algo le amortiguaría...
Poco a poco. Esas palabras me iban llevando. Poco a poco. Pero ¡es que es tan agradable y tan divertido! Sin apenas esfuerzo avanzas, de una forma ingrávida, como sólo he notado en el agua... Eso sí, mis piernas tienen una ligera tendencia a ir solas, sin hacerme mucho caso; la izquierda, sobre todo, tiene la extraña costumbre de abandonar a la derecha a su suerte. Y, entonces, la pierna derecha se me hace la interesante y no quiere seguir a la izquierda. Y ya me veis a mí, intentando poner paz entre mis piernas para que dejen de separarse y yo no me caig... ¡ays! Casi. ¡¡Ays!! Ahora no. Otra culada.
Y fueron cinco. Lo mejor de todo, que a la tercera ya fui capaz de levantarme sola. Sudé. Me reí. Disfruté. Caí. Me levanté. Once vueltas al circuito. Cinco culadas. Mucho sudor. Muchas risas. Mucha concentración. "¿Cómo se hace la marcha atrás?" Más risas.
Ya os iré contando... :-)
16 comentarios:
Esa foto tan chula de la abuela patinando, salió de aquí: lulabeth.com/?p=346
Espero que no les parezca mal... pero me resultaron muy graciosas y entrañables, tanto la entrada como la foto :-)
Felicidad pura por lo que veo. Y todo por unas ruedecitas :)..
Por cierto lo de "poner paz entre mis piernas para que dejen de separarse" suena algo raro o solo me lo parece a mí :)
Bueeeeno, digamos que tenían algo así como vida propia... ;-)
jejejeje eso es bueno, la vida siempre prevalece :)
Por cierto esta entrada hubiera merecido alguna música ligera y divertida para amenizar la lectura :)
Hmmm... GoEar hace pinta de estar kaputt :-)
Y, la verdad, es que no fue una entrada concebida con música :-)
Tía, qué casualidad, yo también le pego a eso (con las piernas estrictamente cerradas, eso sí).
Patiné alguna vez de pequeño como tanta gente, y no hace mucho, después de décadas sin hacerlo, me entró la ventolera de volver a probar, por encima de edades, estaturas o prejuicios. Tuve que re-aprender (los patines en línea que me compré ahora no existían cuando mis primeras andanzas infantiles) y no soy ningún virtuoso, pero alguna vez salí de mi despacho de la Uni con ese peaso patines descomunales a rodar un rato por la senda peatonal de la Manjoya. Música incluida, por supuesto. Vamos, que sería un momento de lo más gay, de no ser por mi falta absoluta de glamour, que creo que aclara inmediatamente cualquier posible equívoco y me retrata como el viril plantígrado que soy.
Ánimo, que con un poco de precaución la cosa es divertida, vaya que sí...
Imagen mental: servidora apoyada contra una pared, con las piernas entreabiertas: "¡Tengo las piernas abiertas! ¡¿Alguien sabe hacer la marcha atrás?!"
Madrededios... X____DDDDDDDDDDDDDDDDDD
Ei, Guti, no te quiero imaginar encima de unos patines... con lo alto que eres debes impresionar :-) Vamos, que si encima sales así del despacho los tienes que tener asustaillos :-) "Eso es un profe de altura ¿no?" ;-) :-D
Y, Mars, vais a conseguir que imite a Rosa María Sardá cuando bajaba por aquellas escaleras y decía lo de "la presentadora con las piernas más fascinantes del mundo...". Vale que os lo he puesto de narices pero ¿qué os ha dado con mis pobres piernas? ;-)
Eso me recuerda a mis intentos de patinaje sobre hielo el año pasado. Fui la que más se cayó, pero también la que más se rió ;)
Servidora es atrevida! No le mete miedo nada!
Yo sobre ruedas na de na, ni locu! En hielo es una pasada, aunque ya hace tiempo que no he vuelto a calzar unos patines! Es que soy algo mieditas! xDDD
kiss
Algún año aprenderé a montar en monopatín. Dejo constancia escrita para que quede patente mi... futuro fracaso :D
Vaya, veo que mis dos belgas accidentales preferidos se ponen de acuerdo con lo de patinar sobre hielo :-D
He sobrevivido a la segunda sesión... había momentos en que parecía que patinaba y todo. Eso sí, tengo un moratón en la cadera derecha bastante guapo... ¡un momento de despiste! :-) Pero moooooolaaaaaa... :-D
... Y eso del monopatín lo filmaré, que te conste XDD
Yo tan sólo me pegué un piñazo memoriable, no se os ocurra probar los patines por el pasillo de casa!! a ver si esta semana para de llover y lo reengancho a ver quien tiene más heridas de guerra ;-) (me hubiera tenido que comprar los de la Barbie con las ruedas más pequeñas jeje)
Laura... por el pasillo... te imagino esquivando el jarrón paragüero para que tu madre no dijera nada y tragándote el perchero de los abrigos :-S
Pero somos chicas duras ¿no? ;-) :-D
jajajajajaja buenísima tu descripción de patinar todavia lloro de la risa,y lo mejor es que me veo reflejada,todos los culazos y lo de que cada pierna va hacia donde quiere es cierto.Pero seguiré insistiendo en aprender aunque solo sea por la terapia de la risa!!no sé quien se lo pasa mejor si yo o mis hijos viendome más tiempo en el suelo que en pie.Un saludo desde menorca....mireia
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