Ya sé que el título ha quedado rarito. Cuando estudiaba, una compañera de piso me enseñó un solitario; insistía en que este solitario le servía de oráculo, como si dispusiera de los servicios de la bruja lola para ella sola: si estaba pendiente de que saliera una nota de una asignatura, si dudaba sobre si recibiría una visita inesperada... cualquier cosa sobre la que estuviera indecisa, la consultaba al solitario. Si conseguía resolverlo, es que era que sí.
Supongo que el título queda ahora menos rarito. Ahora, reíos un rato. Porque a veces creo que yo también estoy jugando a eso. Tengo un juego en el ordenador, un rompecabezas parecido al mahgjong, que aún no he conseguido resolver. Lo llevo intentando desde hace meses. Y la tontería es que estoy convencida de que algo pasará cuando consiga resolverlo. En Navidad estuve a punto, pero quedaron 4 piezas, las dos visibles tapando a sus respectivas compañeras y sin poder hacer las correspondientes parejas. Lo vi casi como un presagio del apocalipsis. Y sigo jugando, esperando esa señal que va a ... ¿a qué?
Supongo que uno intenta por todos los medios delegar su responsabilidad, más cuando tiene miedo del resultado. Y el jueguecillo me sirve de coartada.
Creo que voy a echar otra partidita. ¿Quién sabe? Igual lo resuelvo y no me queda más remedio que reaccionar.
3 comentarios:
Creeme, te comprendo..
Daumau!
No sé por qué la gente se cree tan diferente al resto del mundo. Y es que en las pequeñas cosas todos somos uno.
Yo hace años, tenía una teoría dependiendo si conseguía hacer x puntos en el solitario, o resolverlo, pasarían las cosas que preguntaba al principio o no...y no se porqué pero si que ocurría...
en fin cosas de meigas ;-P
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