viernes, 3 de octubre de 2008

Let's go fly a kite



Let's go fly a kite
Up to the highest height
Let's go fly a kite
And send it soaring
Up through the atmosphere
Up where the air is clear
Oh, let's go fly a kite!


"¡Vaya, qué casualidad! Hace viento y llevo la cometa en este bolsillo..." Y tenías tal cara de pilla que me eché a reír y seguí creyendo en las casualidades. Hicimos un par de chistes sobre la posibilidad de combinar los patines -hoy toca patinaje- con la cometa -siempre y cuando, eso tan raro que te regalaron el otro día sea una cometa- e inventar un nuevo medio de transporte. Y así llegamos a la esquina del semáforo, te di la bolsa de los patines y me quedé esperando, como hago todos estos días, a que cruzaras las dos calles... Sólo que hoy te grité "¡Hasta mañana!" mientras ibas cruzando, y me sonó raro y lejano y se me congeló la sonrisa mientras te ibas alejando...

Me quedé pensando en cometas. Y es que, es curioso, te voy soltando cuerda poco a poco. Quien me vea parada en esa esquina, mirando hasta que te pierdo de vista, no sé qué pensará. Yo hoy me quedé pensando que voy soltando cuerda poco a poco... Hasta que salgas volando, mi reina...




4 comentarios:

Señor R dijo...

Deberías cambiar el tono nostálgico por el alegre de saber que pronto tendrá unas alas fuertes para volar sola.

Todo pasa y no hay pq ponerse triste por ello. Al contrario :)

servidora dijo...

Lo sé :-)

Pero hay algo de egoísmo en todo eso, que choca con la alegría de ver qué pedazo de persona se está gestando ahí :-)

(Hay algo que siempre digo de las experiencias en la guardería: te sabe mal dejarlos allí llorando, los primeros días. Pero el día que se te encoge el corazoncito es el día que se van con la profe, sin darse la vuelta, siquiera para despedirse ;-) :-D)

Venegas dijo...

yo fuí instructor de estimulación temprana durante un corto tiempo en una guardería. Muchas véces senti el recelo de las mamis al ver que sus pequeñines se lanzaban abrazarme de las piernas. Me decían papi! agradable e incómodo a la vez ya que soy soltero.

servidora dijo...

:-) ¡Vaya! Supongo que las mamis somos posesivas :-) La verdad es que yo también adoraba a la profe de mi hija y me encantaba la suerte que habíamos tenido... El que lloraba, realmente, era el pobrecito ego de la mami que ve su niña ya hace cosas por su cuenta :-)

Y ¡qué bonito debió ser trabajar de eso! ¿no? Y gracias por la visita, Josué :-)