martes, 13 de febrero de 2007

Rojo, azul, verde, amarillo: una ratita de laboratorio


Esta tarde me iba a ver una película al Espai d'Art, pero llegué tarde. Bueno, llegué a tiempo pero como la entrada es libre ya se había completado el aforo. Me quedé un rato hablando con el pobre hombre que intentaba calmar a las masas despechadas (vamos, a otras 5 cinco mozas que se habían quedado sin plaza, además de una servidora) y es que, además de no haber sitio, me enteré de que había un error en los trípticos informativos y la película anunciada para hoy, realmente es para dentro de 2 semanas... ¡qué lío, verdad! Pues será por eso que le hice caso cuando me dijo, "Pero pasa a ver la exposición, está muy bien...". Y como soy de natural espontáneo, ni cogí el correspondiente folleto informativo ni... vamos, es que ni pregunté de qué iba...

Me metí por una especie de tunel de plástico, metal y papel y aparecí en medio de ... ¿? A ver, la primera impresión es que me había metido en la habitación de María en pleno despliegue de piezas de un juego de construcción. Rojo, azul, verde, amarillo. Había más colores, muy vivos, pero predominaban estos. Me acerqué a mirar las piezas, pequeñas de algún material como ¿cerámico? ¿plástico? no lo sé, me quedé con la duda porque me da mucho coraje tocar nada en una exposición. Pero muchas piezas, muchas formas... formas geométricas, pero también piezas con perfil de letra, ¿esvásticas? Sí, y muchas más formas. Y todo dispuesto como un mosaico geométrico que estuviera decorando un edificio alrededor del cual me puse a dar vueltas... Hmm vídeo explicativo... pasé, quería seguir mirando.... vídeo making-of, nada, también lo dejé para después... Seguí andando y tuve la impresión de ver una labor de pachtwork enorme realizada con láminas de papel... hasta que me di cuenta de que no era una impresión, que sí había colchas de pachtwork de verdad colgadas de la pared; y vuelta al rojo, al azul, al verde y al amarillo y a las piezas diminutas formando mosaico. Una puertecilla y dos escaleras. Subí una y arriba pude ver un vídeo... los mismo colores pero en tonos pastel, el rojo era casi púrpura. Bajé y eligí la otra escalera.

Y ahí estaba el mogollón. La primera impresión: un montonazo de cabezas de ciervos disecadas, una pared tomada por fotografías de símbolos nazis, de oficiales nazis, de carteles nazis... me puse a andar por un pasillo y a mi derecha más fotos de oficiales nazis, de rubicundas familias ¿alemanas? de los años 30... y a mi izquierda ¿fotos de soldados de la guerra de Irak?. No lo sé, pero me estaba poniendo de los nervios. No era la única. Un par de chicas venían tras de mí e iban diciendo en voz alta más o menos lo que yo iba pensando "¡Qué agobio! ¿Acabará este pasillo?". Pero al acabar la reacción fue "Y esto ¿es la cámara de los horrores?". Más rojo, más azul, más verde, más amarillo, jaulas de ratones en metacrilato, tuberías de colorines, más fotos, carteles en alemán, pero había luz. Había salido de la penumbra. Y empezaba el laberinto. Plástico transparente. No podíamos avanzar de pie. Y el suelo eran trozos de alfombras de niños, de las estampadas con carreteritas y calles. "Y de repente ¿los mundos de Yupi?". En el muro se proyectaba un vídeo en el que ratas de laboratorio circulaban por un laberinto de paredes transparentes.. ¿éramos ratas de laboratorio en un laberinto?. Parada y tres vídeos. Odiaré el chocolate una temporada. De repente, caí en que otra vez rojo, azul, verde y amarillo y ahora muy brillante, en bombillas, en las piezas, en los vídeos que se veían en los muros. Seguí el camino, otra vez el laberinto transparente, pero volvíamos a tener poca luz y el vídeo en el muro era ¿en blanco y negro? Más fotos. Pero ya iba muy rápido, quería irme. Bajé e intenté enterarme viendo los vídeos del making-of de qué iba esa locura que acababa de ver. Lo malo es que eran las ocho y me hicieron ver que tenía que irme. Puede que vuelva.

Os recomendaría que fueráis. Si queréis saber de qué va, pinchad aquí. Pero creo que estaría mejor que la vieráis sin leerlo y sin saber nada sobre el tema. Ahora que lo pienso, no os he dicho ni el título... mejor.

3 comentarios:

Bridget dijo...

¿Por qué hay gente con tanto talento y otras que no hacemos más que perder cosas y no poder encontrarlas?

Anónimo dijo...

Pues a mi me suena a una de esas cosas que hacen los «modernos» de ahora.

Aunque para gustos... :P

servidora dijo...

Pues claro que es una cosa de esas que hacen los modernos ;-), xuziño. Pero el agobio, lo pillas. Y que te sientes ratita de la laboratorio, fijo :-)

Bridget ¿aún no ha aparecido el título? :-/ No te agobies, ya aparecerá cuando estés buscando otra cosa, mujer....