Es un libro viejo, pesado e incómodo, que se desmonta en cuanto pasas páginas sin el debido cuidado. El papel es fino, la letra pequeña y no tiene dibujos. El índice está incorrecto y no valen las referencias. A veces huele a moho, a veces se desencuaderna y, como todos los libros, se acaba... No es el libro de arena.
Fui a las bibliotecas y no lo encontré. Me miraron con cara rara cuando rebuscaba entre libros y más libros, recorriendo estantes y más estantes. Saludé a don José cuando encontré el libro con todos los nombres -mientras él seguía su propia búsqueda-, incluso hojeé un libro de Carax... y vi cientos, miles de títulos de auto ayuda. Qué pequeños somos...
Con el tiempo, crecí y aprendí a esperar. Tenía que venir, no es posible buscarlo.
Y empecé a leer mientras tú lo sujetabas. Y aprendí a vocalizar mientras tú escuchabas. Y contuve la respiración mientras tú leías. Empecé a entender cada párrafo, sin buscar líneas entre líneas, sin buscar ilustraciones que no estaban, sin saltarme páginas para llegar antes al siguiente capítulo...
... hasta que llegué a entender porque era tan viejo, pesado e incómodo. No hay que manipularlo, sólo deslizarse por él y disfrutar de la lectura. Desde el principio hasta el final. Y saber cerrarlo cuando acaba, para poder volver a abrirlo.
2 comentarios:
Disponible también en PDF, audiolibro y DVD :-P
En seguida se llena de marcapáginas. Que barbaridad. Y casi siempre son molestos.
Oiga pollo, haga el favor de no usar mi blog para presumir de sus muchos ligues ("todo perdidito de marcapáginas"... "casi siempre molestos"... ) ¡¡Será posible!!
;-) :-P
XDDDDDDDD
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