martes, 8 de abril de 2008

Hace mucho, mucho tiempo...


Tenía doce años, a punto de cumplir trece, y nunca habíamos visto algo así. En la tele hablaban de la película y ofrecían avances de escenas. Repetían una especialmente; una escena que yo, al verla, inventé completamente al revés de como sería después realmente. Lo que yo creía que era un aterrizaje en un planeta hostil, repelido por los alienígenas nativos, era realmente la huida de una bahía de embarque en Mos Eisley... todavía no sé qué película alternativa me hubiera montado por mi cuenta si hubiera visto un trailer de los que solemos ver hoy en día.

La película la fui a ver con mis padres. A ellos no les gustó, aunque mi madre agradeció verla. Se le había quedado el miedo en el cuerpo después de ver "2001:..." Demasiadas cosas de esa película amenazaban con convertirse en realidad a finales de los 60, así que supongo que fue un alivio para ella ver a finales de los 70 otra película que le habría de permitir sacarse los demonios que se le habían metido en el cuerpo. Ella, como mi padre, criticaba precisamente lo que a mí -como a todos los demás- nos había fascinado: "Pero qué tontería, si es como un cuento..."

Pues claro que sí, mamá, es una fantasía, es una historia mágica de vaqueros con millones de efectos especiales que nos hacen volar y acercarnos a las estrellas. Un gran cuento sobre el bien y el mal, sobre el lado alegre y amable de un poder (llámale magia, llámale amistad, llámale amor, llámale fuerza) y el lado oscuro y tenebroso de ese mismo poder, de un mismo sentimiento que te puede llevar de la satisfacción y la tranquilidad, a la desesperación y la locura en un momento; un cuento casi clásico sobre camaradas malavenidos forzados a trabajar juntos, un western típico en el que el vaquero breado y cínico se mete con el chico inocente recién salido del nido que, en el fondo, le recuerda aquella época en la que todavía creía en algo y al que envidia esas ganas aún intactas de hacer cosas. Un cuento de princesas buenas y emperadores malos. Sólo eso, pero mucho más.

Tenía doce años, a punto de cumplir trece. Nunca he intentado imitar un peinado con ensaimadas sobre las orejas, ni he intentado blandir sable alguno. Pero vi la película tres veces seguidas. Al salir de la última sesión compré una libreta y me puse a escribir las escenas tal y como las recordaba. Recortaba de las revistas todas las fotografías que encontraba... no sé qué revista empecé a comprar porque comenzó una serie de especiales (cómic, pósters, reportajes varios...). El caso es que estaba segura de que a mi madre no le gustaría y empecé a guardarlas tras un cajón del armario para que no me las encontrara. Llevo treinta años diciendo que tengo que quitarlas de ahí... supongo que el día que me decida, encontraré un montón de papeles comidos por lepismas y polillas...

Las discusiones eternas con Chus camino del colegio: que si estaba más bueno el moreno, que qué dices mucho mejor el rubito, más dulce, estás loca donde va a ir a parar, el moreno es pata negra, niña... Cuando Chus se me ponía en este plan, me entraban ganas de matarla; con eso de que tenía novio formal e iba a cumplir catorce años, siempre intentaba dejarme claro que ella era la mujer de mundo... Bueno, pues para ella el moreno y para mí el rubio. Y el felpudo con patas, para el profe de Lengua: con un poco de suerte, de un abrazo amoroso, nos libraba de él y de su libro de Lázaro Carreter. El otro tema de discusión eterno era por culpa de los de hojalata: que si el alto era un actor, pero no, que el bajo es un robot de verdad, qué dices, tiene un enano dentro, que no, que vi un reportaje en la tele y era un robot de verdad, que no que hay un enano dentro...

Con el tiempo, conseguí el libro original, no sé si un regalo de Reyes o de cumpleaños. Ya casi había escrito la historia completa, tal y como la recordaba, en mi libreta que ilustraba con las fotografías que iba recortando y pegando, distribuyéndolas por la historia... pero no tuve demasiada piedad con ella: pasé las fotos a las páginas del libro y me deshice de la libreta. Seguí coleccionando fotos y pósters. Merchandising era una palabra muy triste en aquella época, tan triste que ni siquiera existía: vino de la mano de los McDonalds y, en aquel momento, aún no teníamos (y, mucho menos, en mi pueblo). Creo que uno de los primeros libros que me compré con mi propio dinero fue El Ojo de la Mente... resulta más que curioso recordarlo hoy, con todo un universo sobre la película original, sus secuelas y sus precuelas, sabiendo que guarda tan poca relación con ellas.

No pude ir a ver la segunda parte. Si hoy en día resulta ridícula la idea de que todo cuanto pude atesorar en la época sobre la película fueron bastantes fotos, mis recuerdos en una libreta y un par de libros, la idea de que tardé años en poder ver esa segunda parte que me perdí, ya puede resultar delirante. Pero en casa no había vídeo (era algo de ricos) y de internet mejor ni hablamos, ¿de acuerdo?. Si te perdías una película o bien esperabas un milagro -y que volviera a otro cine en tu pueblo o en el pueblo de al lado-, o bien esperabas a que la pusieran en la tele. En mi caso, tuve a la pobre Ester contándomela una y otra vez, en el autobús cuando íbamos para el instituto, en Ferrol... en los veinte minutos del viaje me describía mundos nebulosos en los que las astronaves podían salir del fondo de un lago si lo deseabas de verdad, si hacías las cosas en lugar de intentar hacerlas. A la vuelta, muerta de hambre a la hora de comer, le hacía hablarme de la Ciudad de la Nubes... o de esos extraños robots de dos patas que aplastaban la nieve y lo que encontraban a su paso. La gran suerte es que a Ester le gustaba el teatro y su forma de contarme el final estuvo a la altura que exigía el dramatismo del diálogo. Mi gran suerte, que hacíamos cuatro de esos viajes al día y conseguí aprenderme sus recuerdos de mi película.

Pero, claro, no fue lo mismo. De hecho, supongo que la fastidié al ver la tercera película antes que la segunda. Endor no era como yo había imaginado Dagobah (creo que ni siquiera Dagobah era como yo había imaginado Dagobah). Los ositos eran adorables, pero... igual es que tenía diecinueve años, a punto de cumplir veinte. Ya se había inventado el merchandising y había muñequitos, libros, gorras, camisetas, llaveros y mil pijotadas sobre las películas por todas partes. Los vídeos en las casas ya no eran un lujo (en la mía, ya teníamos televisión en color y todo) y podías alquilar las películas en los videoclubs y pegarte una panzada viendo las tres seguidas en una tarde... La magia se me rompió un poco. Ya sólo recuerdo con cariño la primera y no llevo demasiado bien que la hayan retocado, que le hayan cambiado cosas. Conozco a gente que me podría llamar hereje por decir aquí públicamente que paso de las precuelas, que están chiflados todos esos que van por la vida disfrazados de personajes de la peli, de toda la saga...

Pero ayer, en el autobús mientras venía para la UJI, no podía evitar pensar en aquella niña que vio esa primera película una tarde con sus padres en el cine, que intentó reescribirla en una libreta, que coleccionaba fotos como un tesoro, que se aficionó a la ceremonia de la entrega de los Óscars aquel año (se la tragó enterita por ver las imágenes que ponían al anunciar las más de 20 nominaciones), que intentaba imitar silbiditos y ruiditos cibernéticos (muy mal, por cierto) mientras iba por el pasillo de casa y que llegó a vestir a su Nancy de papel Albal... para decidir que le iba mejor el papel de princesa que el de androide. La misma que soñaba con mover cosas al mirarlas y que transformaba su cama en una nave antes de dormirse. Y que en las raras noches que no llovía y no había nubes, salía a la galería de la cocina a mirar las estrellas; su galería que había sido su puesto de mando de la estación Alpha un par de años atrás... aún había pocas farolas y se podía mirar al cielo negro e intuir mil y una galaxias muy, muy lejanas...

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Di que si... menua bazofia comercial de la nueva saga. Carece del sentido de aventura y humor de las otras 3. Del peligro inminente a nivel personal, sustituido por peligros más apocalipticos y efectos especiales mal desarrollados para la acción esperada.

Aun estoy por entender porque se llamaba la "guerra de los clones", porque el unico clon que hay, no es que sea muy significativo. Y los robots no cuentan como clones.

La única película que parecía cumplir las premisas de la antigua saga, fue la primera, y la cagaron metiendo al niño impertinente(a calzador claro esta), y al anfibio ese de jarjar.

El resto es historia. Si, me quedo con las primeras... sobretodo con la segunda en mi opinion. Que ademas no hizo siquiera George Lucas.

servidora dijo...

:-)

Estaba pensando en que es difícil transmitir ver "La guerra de las galaxias" antes de que existiera... quiero decir, no teníamos ninguna referencia de lo que íbamos a ver.

Y creo que no he sabido contar bien lo que me impactó :-D Ni siquiera oía a mis padres cuando salí del cine :-)

servidora dijo...

Estaba pensando en que es difícil transmitir ver

Esto... en que es difícil transmitir lo que supuso ver... :-)

Indio Jerónimo estar durmiendo siesta XDDDD

Mars Attacks dijo...

Supongo que es una mala traducción del título. Eran las Guerras Clon. Y yo sí le encuentro mucho significado a la pretrilogía. De hecho, pocas veces he salido tan afectado de una película como de la tercera, con tanto dolor por todas partes...

Eso sí, la mejor, "El Imperio Contraataca", sin duda :)

Anónimo dijo...

Por un momento creía que hablabas de "Almas de metal" por eso del western y las princesas.

servidora dijo...

No, va de "La chaqueta metálica", en realidad XDDD

Anónimo dijo...

Uf! no pienso enzarzarme otra vez en la ilogica y falta de sentimiento que se desprende de la ultima pelicula.

Aún no entiendo como la gente puede caer ante la "explicación" que se da de su paso a los malos.

XD

Anónimo dijo...

Hola Servi
Puedes decirme como se puede meter un tema de musica en el blog (sin meter un link)y donde buscar los temas.
Gracias y perdona por las molestias.

Anónimo dijo...

Hola "servi".
Podrias decirme como meter un tema de musica en el blog como lo haces tu.
y donde buscarlos
(supongo que lo haceis con HTML) pero yo casi no controlo.
Gracias y perdona por las molestias...

Anónimo dijo...

Como puedes ver soy un poco muñon...
:) jajajaja =)

servidora dijo...

Yo suelo utilizar GoEar: buscas la canción que te interesa por el título o por el autor (es más que posible que te encuentre varias copias) y, cuando seleccionas la canción de entre los resultados de la búsqueda, entras en una página que además de un reproductor de la canción, te ofrece un link al tema (Share it! ttp://www.goear.com/listen.php?v=c69fe70) o la posibilidad de copiar el reproductor en tu entrada (This song in your site: object classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,29,0" width="366" height="75"> param name="movie" value="http://www.goear.com/files/localplayer.swf" /> param name="FlashVars" value="file=c69fe70" /> param name="quality" value="high" />embed src="http://www.goear.com/files/localplayer.swf" flashvars="file=c69fe70" quality="high" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer" type="application/x-shockwave-flash" width="366" height="75">/embed>/object>

... es un trozo de código html, feo pero honrado :-) Y ojo, que lo que he pegado aquí no es correcto, te lo he puesto como cosa parecida... pero si te lo pongo tal cual no puedo publicar el comentario porque me daría error)

Si a lo que te refieres es a que la música suene cuando entran a leer algo en tu blog, no sé hacerlo :-) Entre otras cosa, porque no es algo que me guste :-/

Anónimo dijo...

Servidora
Has hecho honor a tu nombre.
¡¡¡impresionante¡¡¡ el trabajo que te has pegado por mi culpa.
GRACIAS
GRACIAS
Y MIL VECES GRACIAS
(¡¡QUE DIGO MIL¡¡¡ ¡¡¡CIENMILES DE GRACIAS¡¡¡ (una detras de la otra).
Intentaré ponerlo así pero no se si conseguiré.(de codigos ando flojo)
Con respecto a de musica al entrar, estoy contigo (dan cada "zusto")

Anónimo dijo...

muñon muñon
Mira los comentarios del anterior post.
(y no te rias por mi inutilidad supina, que te escucho desde aquí)

Anónimo dijo...

Hola servi estoy en clase, pero te pido que me lanzes un cable.
Estaba mirando con explorer la pagina un segundo y en explorer me sale comandos , que no veia anoche con Mozilla.
¿que me pasa doctora?