sábado, 13 de enero de 2007

La imagen no es la cuestión


Supongo que por muy autosuficientes que nos creamos, somos animales políticos (en el sentido no ofensivo de la palabra) y nos gusta vivir en sociedad. Sólo así se entiende ese afán por nuestra imagen, hasta el punto de estar más preocupados por la imagen que proyectamos que por la que nos podamos ofrecer a nosotros mismos.

Yo soy grande desde que era pequeñita: abultaba el doble que mi hermano (aunque tenga 7 años más que yo), el día de mi primera comunión parecía la madre de mis compañeros (aunque yo acababa de cumplir 7 y los demás tenían 8 y 9 años) y siempre me pillaban a mí en clase y me echaban el típico responso de que los "mayores" debíamos dar ejemplo (aunque yo fuera la más joven de clase, la única nacida en Diciembre). Supongo que eso ha desarrollado mi "yo" payaso y en público soy cualquier cosa menos discreta: ya que me resulta difícil pasar desapercibida, una forma de protegerme es montar bulla, cuanta más mejor y crear una imagen exterior que me tape... un elefante vulnerable resulta risible (puede que sea por eso por lo que se van voluntariamente a morir en soledad). No es la única forma de protección, es sólo la que yo he elegido.

Supongo que igual que hago yo, los demás también tienen una imagen propia y tienen más o menos consciencia de lo que proyectan a los demás. No creo que sea malo. Yo hago chistes con mi tamaño, pero también procuro sacar ventaja de él. Y me gusto más o menos dependiendo de los días, como le debe pasar a todo el mundo. Pero pensando sobre el tema, no puedo evitar preguntarme dónde y cuándo se cruza la frontera y cómo y por qué se cruza. Estoy pensando en toda esa gente que se odia por culpa de la imagen que creen que tienen y la que creen que deben tener. Y sí, en concreto estoy pensando en las personas afectadas por la anorexia y la bulimia. Niñas que mueren voluntariamente de hambre. Se podría pensar que la adolescencia es una edad difícil, la de todos los miedos. Pero es que también afecta, y cada vez más, a gente adulta. Estas Navidades, nos sorprendió la noticia de una mujer de 50 años obligada a alimentarse. Aunque también es verdad que los adultos se dedican a curarse sus complejos de una forma más "civilizada" y cada vez más habitual. Me refiero a esa mercadería de cuerpos perfectos y de negarse a envejecer que nos venden las clínicas de cirugía estética. Y lo peor es que el negocio les va bien y crece y crece... Ya no es sólo que haya que estigmatizar un culo más o menos redondo o una barriga más o menos prominente o un pecho dos tallas de copa menor (o mayor) que el deseado. El negocio y la obligación de ofrecer una buena imagen tampoco va a dejarnos envejecer tranquilamente. Hay que disimular los años que se tienen, viviendo una especie de ilusión de eterna juventud, en la que estirarse las arrugas es más importante que haber ganado con los años la sabiduría de tu propia expresión. O en la que tener los labios de Angelina Jolie es más importante que lo que tengas que decir con ellos.

¿Qué nos impide aceptarnos como somos? ¿Por qué damos tanta importancia al envoltorio? ¿Qué nos impide mirarnos desnudos en un espejo y aprendernos y gustarnos tal y como somos? ¿Dónde hay un límite - si es que existe - entre la crítica bien intencionada y la mirada cruel que nos llena de complejos y que nos hace negarnos a nosotros mismos? ¿Quién marca qué modelo es bueno? ¿Y por qué diantres tenemos que creérnoslo, casi siempre en nuestra contra?

2 comentarios:

Bridget dijo...

No se... yo creo que va ligado a causas psicológicas más profundas que pueden no ser específicamente la falta auto confianza pero que se manifiesta como tal. Es decir que en muchos casos puede ser más una consecuencia de otra cosa y no una causa del problema.
Por la mujer de 50 años, seguramente se le metería en la cabeza que el marido la iba a dejar por vieja o si estaba soltera que nadie la iba a querer y moriría sola, a saber... y se manifiesta (eso sí debido al entorno maravilloso que tenemos) en que si es guapa=delgada la querrán.

servidora dijo...

... lo que nos lleva al tema del desequilibrio estético-sociológico entre hombres y mujeres, pero me da pereza...

"¿Qué tal esa barriguita?" "Lisa y firme"

No, si este House es que va contagiando a la peña :-)